Opinión: El presupuesto de Trump solo castigará a los más pobres y más necesitados
Por Luis Bravo
Durante todo el mes de Diciembre hemos estado recibiendo información sobre el tamaño de los recortes de impuestos y quienes serán los más beneficiados con estas medidas. Pero han habido muy pocos cálculos honestos sobre cuáles serán las consecuencias más serias para la población pobre y de bajos recursos en el país.
La decisión de esta reforma fiscal es una actitud que está impulsando la política social en los Estados Unidos hoy en día. Ahora entendemos por qué la Cámara de Representantes y el Senado parecen tan poco preocupados por los recortes de impuestos, ya que saben perfectamente quienes serán los ganadores absolutos de esta política.
El verdadero objetivo de esta reforma fiscal es eliminar la dependencia castigando a los pobres por ser pobres.
El nuevo recorte presupuestario también incluye $5,8 billones para la próxima década en recortes profundos en Medicaid, Medicare y otros programas de atención médica; asistencia básica que incluye asistencia alimentaria a través del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (Supplemental Nutrition Assistance Program – SNAP) anteriormente conocido como cupones de alimentos; fondos discrecionales no destinados a la defensa, la parte del presupuesto que financia la educación y la capacitación, el transporte y otras infraestructuras, la investigación médica, el cuidado de niños y ancianos y otras prioridades importantes.
SNAP es el mayor programa de asistencia alimentaria de Estados Unidos, que proporciona un beneficio promedio de $125 por persona cada mes a 42 millones de estadounidenses. La mayoría de los beneficiarios son niños y adultos mayores de todos los grupos demográficos, que ahora alcanzan a unos 47,6 millones en 2013 después de la recesión.
Los funcionarios están considerando recortes significativos. La agencia también está considerando una propuesta para permitir que los estados reduzcan este programa a niños ciudadanos de inmigrantes indocumentados.
Las propuestas de los secretarios permitirán a los estados cambiar significativamente la forma en que ofrecen asistencia nutricional. Mediante el uso de las exenciones, el USDA podría promulgar unilateralmente las propuestas a través de los estados sin más acciones del Congreso.
La administración Trump y los republicanos en el Congreso esperan realizar los cambios más radicales en los programas federales de protección social, usando legislaciones y acciones ejecutivas para atacar a beneficiarios de cupones de alimentos Medicaid y beneficios de vivienda.
La Casa Blanca está preparando silenciosamente una orden ejecutiva radical que obligaría a una revisión exhaustiva de los programas federales de los cuales dependen millones de estadounidenses pobres, y los legisladores republicanos se encuentran en las primeras etapas de elaboración de legislaciones que dificultarían la posibilidad de calificar para estos programas.
Los funcionarios federales de salud alentarán a los estados a imponer requisitos de trabajo para los adultos sanos en Medicaid, un gran cambio filosófico que trataría el programa como bienestar, en lugar de seguro de salud.
El Departamento de Agricultura dijo que pronto les daría a los estados un mayor control sobre el programa de cupones para alimentos, potencialmente abriendo la puerta a pruebas de drogas o requisitos de trabajo más estrictos para los destinatarios del programa de $70 mil millones.
Se espera que el presidente firme la orden ejecutiva de bienestar social en enero, con miras a realizar cambios en los programas de atención médica, cupones de alimentos, vivienda y veteranos, no solo con los pagos de asistencia social tradicionales.
Aunque el esfuerzo por remodelar el sistema de bienestar del país está casi garantizando la producción de una poderosa reacción política, parece tener un amplio respaldo de los republicanos conservadores del Congreso, que ya están coordinando con la Casa Blanca en una agenda legislativa para complementar las acciones ejecutivas esperadas.
Los republicanos piensan que tenemos un sistema de bienestar que básicamente atrapa a las personas en la pobreza y les paga efectivamente por no trabajar, pero ellos no consideran si hay empleos disponibles o si las personas que usan programas como SNAP pue-den trabajar en toda esta planificación.
Sin embargo, los recortes en programas como el Programa de Seguro de Salud para Niños (Children’s Health Insurance Program – CHIP) y programas de bienestar como SNAP –programas que, por cierto, ayudan a los niños a prosperar en la escuela– son econonómicamente tontos. Estos recortes nos muestran el declive en la ética de nuestra responsabilidad como seres humanos en nuestra sociedad hoy en día.
Los niños que reciben una atención adecuada tienen más probabiliddes de ser más saludables y más productivos cuando sean adultos, lo que significa que ganarán más y pagarán más impuestos. También tienen menos probabilidades de quedar discapacitados y necesitar apoyo del gobierno. Por cierto, se han encontrado resultados similares con el programa de cupones de alimentos: garantizar una nutrición adecuada para los niños significa adultos más sanos y productivos, de modo que a la larga esta ayuda le cuesta poco o nada a los contribuyentes.
Estos resultados aunque sean interesantes e importantes no deberían ser la razón principal por la que debemos proporcionar atención médica y buena alimentación para los niños. La decencia debería ser una razón suficiente.
Lo que estamos viendo, es que todo un partido político se niega a hacer lo correcto para millones de niños, mientras están enriqueciendo aún más a unos cuantos herederos adinerados, y esto sin embargo, es exactamente lo que está sucediendo en los Estados Unidos.
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