Medicaid, Trump, la Ley de los Senadores Republicanos y el Poder Popular

Por Frank Ramírez, Director Ejecutivo de East Boston Ecumenical Community Council – EBECC

“La montaña rusa” de Senadores Republicanos se estrelló en sus intentos por derogar y reemplazar la ley de Cuidado Asequible “Obama Care” (o Affordable Care Act en Inglés)  por una nueva versión del Senado llamada ley de Reconciliación Para un Mejor Cuidado (BCRA). La constituyente impuso su voluntad al menos por ahora. Pero la realidad es que el proyecto no está muerto.

¿Qué paró la locura de pasar ese proyecto de ley? Elementos frustrados de la misma constituyente del Presidente Trump. Los senadores estuvieron bajo fuego en sus respectivos distritos por constituyentes airadas que serían afectadas en forma adversa por los cortes a Medicaid.

Allí los senadores se dieron cuenta que sus carreras políticas estaban en juego si el desastroso proyecto de ley se convirtió en una ley nacional. Al nivel del proceso de decisiones en el senado, la ausencia de dos senadores harían la diferencia de  absolver o condenar a 20 millones de ciudadanos a que tengan o no cuidados de salud. Imagínense eso.

El senado requería que 50 senadores al menos votaran por el proyecto de ley y si no votaban no pasaría la ley. Las dos versiones pasadas por el congreso republican contenían devastadores recortes a Medicaid, la mayor fuente de cobertura para las familias y los trabajadores pobres. En las dos ocasiones la constituyente presionó a los políticos a desistir de desmantelar Obama Care por el impacto negativo al Medicaid.
El hecho es que el nuevo proyecto de ley del Senado pedía algunos cambios dramáticos a impuestos para los gastos y las normas de seguros. Aquí está lo que el proyecto de ley no cambió:

Primero, los recortes masivos a Medicaid y que reflejan las prioridades de ese sector repubicano. Segundo, hacer retroceder la expansión de  Affordable Care Act para Medicaid. Lo habrían logrado cortando dinero extra disponible para Estados que desean ampliar Medicaid para personas con ingresos por debajo o justo por encima de la línea de pobreza.

Treinta y un Estados y el distrito de Columbia ya han adquirido ese dinero extra y es la razón más grande para que millones de personas ahora tengan seguro de salud y, como tambien, mejor acceso a la salud y mejor protección contra onerosas facturas médicas.

Sin ese dinero federal ex-tra, la mayoría de los Estados tendrían que restaurar el sistema anterior de eligibilidad, lo cual significaría que millones de personas perderían acceso a cobertura. Como si no fuera suficiente, el proyecto de ley del Senado buscaba cambiar la fórmula de financiación básica de Medicaid, terminando el compromiso abierto de pagar a Estados cueste lo que cueste para cubrir a quien califica: no importa cuántas personas obtienen cobertura o el costo de sus servicios médicos.

Bajo esa ley los Estados tendrían la opción de aceptar una suma fija cada año, basado en una fórmula predeterminada, o a aceptar una fórmula de financiación diferentes que reembolsa a los Estados en una tasa fija por persona  una vez más, basado en una fórmula predeterminada, vinculada a la tasa de inflación, más el costo real de ofrecer Medicaid.

La mayoría de expertos aseveran que con el tiempo, resultaría un déficit para los Estados porque tendrían que mantener sus programas y el finaciamiento que obtendrían de Washington.

La opción que tendrían la mayoría de los estados sería la implementacion de varios cortes a sus presupuestos para cubrir programas médicos. Tendrían que pagar menos a médicos y hospitales, reduciría el nivel de servicios que cubre Medicaid o simplemente reducir nuevas subcripciones de Medicaid a un mínimo.

Estos recortes a los miembros más vulnerables de la sociedad hicieron ese proyecto de ley tan impopular no solo con los votantes en general pero con la constituyente Repubicana, y ciertamente con la bancada republicana del Senado.

Los varios recortes son los que indujeron a Shelley Moore Capito de West Virginia, Dean Heller de Nevada y Lisa Murkowski de Alaska ha reusar votar por esa propuesta de ley.

Finalmente, los esfuerzos republicanos para derogar y sustituir la ley de atención asequible se derrumbaron el lunes por la noche cuando dos senadores, Jerry Moran de Kansas y Mike Lee de Utah dijeron que votarán en contra de una moción de procedimiento para avanzar con el proyecto de ley.

Gobernadores de ambos partidos, incluyendo la clave de los republicanos Brian Sandoval, John Kasich, Nevada de Ohio, Doug Ducey de Arizona y Asa Hutchinson de Arkansas, criticaron fuertemente los esfuerzos del partido republicano por recortar el Medicaid, por que eso iba a crear grandes déficits en los presupuestos del estado. El proyecto de ley del Senado habría conducido a más de 22 millones personas a quedarse sin seguro médico, aproximadamente 15 millones de ellos de Medicaid.

Medicaid cubre ahora 74 millones de personas, aproximadamente uno de cada cinco estadounidenses. La mitad de los que están cubiertos son niños; en algunos Estados, Medicaid cubre a más de la mitad de todos los partos. También es la mayor fuente de financiación de cuidados a largo plazo en los Estados Unidos. Y los millones de personas enroladas a través de la expansión de Obamacare han aumentado más su popularidad.

Según la encuesta de la Kaiser Family Foundation, el año pasado la ley de salud del 2010 ha visto un aumento en el apoyo entre el público en general, con 51 por ciento expresando opiniones favorables y el 41 por ciento expresando opiniones negativas.

Aproximadamente la mitad del público han considerado el Obamacare más favorable que los cambios sometidos por el partido republicano.

Simplemente, una ley que busca que los pobres subsidien a los ricos para que no paguen impuestos y se vuelvan mas ricos es inmoral. Lo cantrario debería de suceder. Que las clases mas favorecidas por la economia subsidien a los menos favorecidos. Aún más, en mi juicio, el cuidado médico es un derecho, no un producto caprichoso que se decida comprar o no en el mercado.

Las preguntas que hay que contestar para el futuro son: ¿A quien debemos hacer responsable por ese colapso de esta ley? ¿Qué podría Mc Connell haber hecho diferente? ¿Cuánto conribuyo el Presidente Trump ha la impopularidad de la ley?

¿Necesitamos una nueva estrategia para evitar que  McConnell, pase un proyecto de ley de derogación completa? ¿Es la impopularidad y colapso de la ley, buena noticia o mala noticia para los republicanos que correran para el Congreso el año próximo?

Tenemos que estar preparados sin partidismo como una constituyente responsable de nuestro propio bienestar y salud, y proteger nuestros derechos.

¡Poder popular! ¡Si se puede!

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