De Mal en Peor

El problema del desalojo y el incremento de las rentas en East Boston

Por Luis Bravo

La situación de desalojos en el área de East Boston sigue de mal en peor. Si en algún momento se pensó que la comunidad Latina iba a ser la más afectada por su condición social y/o económica, o tal vez migratoria, que la convierte en una comunidad mucho más vulnerable, pues es cuestión de venir a las reuniones de City Life/Vida Urbana para darse cuenta que los desalojos están afectando también al resto de la comunidad trabajadora del vecindario.

En un principio estas reuniones las iniciaba Andrés del Castillo, organizador líder de City Life, ahora la inician los mismos vecinos que fueron víctimas de esos propietarios de casas que los querían desalojar de sus propiedades con la finalidad de renovar o vender estos inmuebles con la intención de recuperar su inversión o generar mucho más dinero para sus bolsillos. Sin embargo, en cada reunión que organiza City Life en la Iglesia Luterana, se puede ver que cada vez más llegan personas de otras nacionalidades y comunidades a estos eventos. Inmigrantes Árabes, Musulmanes, pero sobre todo están llegando Anglosajones Americanos, veteranos de guerra, que han nacido o vivido en Eastie por décadas, y que ahora ellos y sus hijos que también viven en nuestro barrio, están siendo afectados por este desarrollo urbano. Esto significa que la clase trabajadora en general ya no puede sostener los precios de las rentas por la vivienda en esta área, y eso crea una situación agravada no obstante los diferentes proyectos regionales que están acrecentando y exagerando el impacto en nuestra y otras comunidades.

Antes era el desarrollo de East Boston, pero ahora Revere quiere tener el terreno del Suffolk Downs para un proyecto de vivienda, y eso está influenciando mucho en el costo de las viviendas en esta ciudad.

Everett por su parte ya está construyendo el casino y el dueño ha empezado a comprar todas las casas del alrededor porque quiere hacer un casino tipo Las Vegas, con una autopista gigante, una zona abierta, centros comerciales, árboles, etc., y esto también está influenciando mucho las especulaciones de los precios de las viviendas.

En Chelsea por ejemplo, tenemos la extensión de la Silverline (la línea plateada de buses del MBTA) en donde el proyecto de la ciudad es invertir millones de dólares en el área de Bellingham Square, que abarca el City Hall de Chelsea, Bunker Hill Community College, la Broadway, y desalojar a los vecinos, comprando las casas y los negocios de esa zona.

Entonces, si sumamos todos estos proyectos ya podemos visualizar la magnitud del daño que esto está causando como un problema de gentrificación, en donde el desplazo ha ido creciendo junto con los desalojos, el incremento de las rentas sigue multiplicándose, inclusive en Lynn que es una ciudad donde la transportación pública es extremadamente limitada, generando así otro problema social para las comunidades minoritarias, en donde tener una licencia de manejo, no es precisamente algo a lo que todo el mundo tiene un acceso fácil para conseguirla, empujando a muchas personas a conducir sin licencia. Aunque muchos digan que esto es algo irresponsable, la realidad es que para muchas de estas personas que conducen sin licencia, no se trata de responsabilidad, se trata simplemente de una necesidad imperiosa, la necesidad de transportarse, de ir al trabajo, de llevar a los niños a la escuela, al médico, etc. Mientras este problema siga creciendo, y las personas tengan que mudarse cada vez más lejos del centro de la ciudad, que es donde están los trabajos, mucha más gente va a tener que transportarse a como de lugar, y eso nos pone en una situación mucho más precaria. En resumen, ya estamos viendo los efectos secundarios y terciarios de esta situación que ya es grave, muy grave.

“La comunidad tiene que entender que la situación de los desalojos no ha mejorado y muy por el contrario, está de mal en peor. Al darle un contexto político, podemos darnos cuenta que existen otros temas por los cuales nos hemos activado políticamente, y nos hemos manifestado públicamente como es el caso migratorio, que ha motivado y empujado a políticos a ser más proactivos con este asunto de la migración indocumentada. Pero la situación con los desalojos en East Boston no ha mejorado, al contrario a empeorado, y si nos fijamos bien, podemos darnos cuenta que tenemos más influencia a nivel local que federal, por que hemos podido hacer marchas, campañas, protestas, etc. Así como empujamos acciones en defensa de los inquilinos, también podemos empujar acciones para la creación de recursos, y programas que nos beneficien directa o indirectamente, como es el programa para la adquisición de viviendas a precios cómodos, el cual otorga una cierta cantidad de fondos para que organizaciones compren unidades de viviendas habitadas con la idea de mantener a esos inquilinos dentro de ellas pagando rentas razonables por sus apartamentos, dándole beneficio a las dos partes, primero al dueño que está vendiendo porque quiere sacarle provecho a su inversión, ya que las rentas del mercado han subido de forma desorbitada, y segundo a los inquilinos que podrán seguir viviendo en sus apartamentos con rentas razonables, y así todo el mundo sale ganando”, dijo Andrés del Castillo, organizador líder de City Life/VidaUrbana.

“Esto nos da pie para pensar que uno de muchos proyectos se ha logrado a través de la movilización, pero el proyecto actual que todavía se está empujando y se está intentando lograr es con una medida legislativa municipal que cambie la situación, no se trata de comprar casas y estabilizarlas, lo cual es una gran estrategia que nos ayuda, pero no es algo que digamos que de la noche a la mañana vamos a comprar todo East Boston y asunto arreglado. El Community Preservation Act – CPA (El Acta de Preservación de la Comunidad) es un acta que pasó al voto en noviembre del año pasado y esta permitiría crear un impuesto para las propiedades del 0.1%, que se utilizaría como fondos para ‘estabilizar’ a East Boston, y como esos fondos no tienen un destino directo, se puede optar por invertir en parques, limpieza de calles, alumbrado público, etc., así como también se pudiera invertir en comprar propiedades y rentar las unidades para que la gente pueda continuar viviendo con una renta razonable. Por eso es importante que líderes comunitarios, inquilinos y todas las personas que se vean afectadas por este desarrollo urbano, pongan mucha presión política para conseguir una decisión favorable para utilizar estos fondos y darle al vecindario una vida digna con un hogar digno, porque de que nos vale tener parques hermosos si a raiz de eso nos suben la renta y nos echan, entonces esos parques ya no serían para nosotros. La idea de los fondos del CPA es que vayan directo para las comunidades más vulnerables, además el programa de adquisiciones es un programa piloto que nos da una referencia de como podemos usar esos fondos.

Gracias a Dios el Community Preservation Act pasó y pronto va a tomar vigencia, y ahora nos sigue el tercer componente legislativo que se refiere al Jim Brooks Stabilization Act, el cual ofrece tres cosas muy importantes. Primero, le dará más protecciones a los propietarios que estén siendo embargados. Segundo, haría ilegal comprar un edificio e inmediatamente desalojar a sus inquilinos. Tercero, obligaría al propietario entregarle una notificación al inquilino en el momento del desalojo –que es lo que la ley dicta actualmente– pero esa misma notificación tendría que entregarla a la Municipalidad, para que ésta sepa exactamente la dirección del apartamento que está siendo desalojado para mandarle un panfleto sobre los derechos de los inquilinos con una lista de recursos legales comunitarios para que la persona sepa donde buscar ayuda.

Este proyecto de ley ya fue propuesto por el propio Alcalde de Boston y está siendo considerada por el Concejo de la ciudad. El Jim Brooks Stabilization Act está siendo revisado por un comité que lidera Michael Flaherty, Concejal At-Large de la ciudad para su aprobación. Existen algunos concejales que están opuestos a este proyecto de ley por su forma actual, pero la comunidad tiene una muy buena disposición para negociar algunos cambios. Además, nosotros hemos llegado a este punto por una negligencia política municipal. El alcalde y los concejales son responsables de esta situación, por que nosotros y los inquilinos nos unimos en un evento y les preguntamos sobre las soluciones que la ciudad tiene para resolver este problema, y en vez de darnos una respuesta concreta, ellos nos preguntaron sobre las soluciones que nosotros teníamos, como si fueramos desarrolladores urbanos, legisladores, abogados y sabiendo muy bien que el vecindario está formado por una comunidad trabajadora que no esta calificada apropiadamente para dar una respuesta especializada y legislativa sobre este problema. Durante todo este tiempo, la municipalidad no ha hecho nada concreto hasta ahora, solo hemos tenido una conversación mientras la situación sigue degradando la estabilidad de los inquilinos, y por eso empujamos esta legislación por que no vemos otras alternativas para detener los desalojos ni este desarrollo urbano irresponsable.

Desafortunadamente, el concejal Sal LaMattina nos traicionó por decirlo de una manera clara y franca. Invitamos a nuestra reunión a LaMattina, y al Rep. Adrian Madaro quienes dijeron que apoyaban esta legislación frente a 80 inquilinos que estaban siendo afectados. En un principio LaMattina dijo no entender la legislación, pero después que alguien se la explicó claramente, dijo que no tenía ningún problema y que estaba de acuerdo con apoyar esta iniciativa. Esas fueron las palabras de La Mattina en ese momento, y ahora que la legislación está en el piso y él está a punto de dejar el cargo, está diciendo que está en contra de esta propuesta legislativa, y nosotros consideramos esta actitud como una traición que dejará un triste legado. Por su parte, Madaro sigue apoyando nuestra propuesta, lo importante es saber ¿cuál será su posición? si el alcalde la firma a nivel municipal y la envia a la Casa del Estado para su aprobación”, concluyó Del Castillo.

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