Voz Joven: Elimina el Pánico Escenico
Por Daniela Rivera, Comunicadora Social – Periodista
danielariver89@gmail.com
Alguna vez has tenido que dar un discurso o salir delante de un público y has notado cómo tu voz y tus piernas temblaban?
El pánico escénico es uno de los temores más extendidos socialmente y uno de los más temidos. Pocas cosas nos detienen más que sentir esa sensación de angustia y ansiedad cuando tenemos que hablar en público, algo que influye en nuestro disfrute al comunicarnos y nuestra capacidad de avanzar personal y profesionalmente.
¿Quieres saber cómo vencer al pánico escénico?
Convéncete de que te emociona hacerlo… Según un estudio llevado a cabo por la Escuela de Negocios de Harvard, existe un truco que quizás pocos habían llevado a cabo hasta ahora: afirmar que la ansiedad o el estrés que sentimos al salir a escena es en realidad emoción por querer hacerlo.
Este estudio en el que participaron 400 personas encontró que este método es más efectivo que tratar de calmarnos y repetirnos que nos relajemos.
Se trata de pretender o fingir que estamos “emocionados” por realizar el acto estresante; de esta manera el estado de nerviosismo y la descarga de adrenalina se normaliza al canalizar estas sensaciones hacia un estado psicológico más aceptable.
Esta nueva conceptualización consigue que las personas logren focalizar mejor sus pensamientos y emociones.
Al estar tan ansiosos estaríamos extremadamente pendientes de cualquier detalle del contexto. Si observamos a alguien del público bostezar, de alguna manera “confirmaremos” nuestro “fracaso” y nos pondremos aún más nerviosos y ansiosos, olvidando por completo lo que habíamos venido a decir. Sin embargo, el público no ha ido expresamente a ver a la persona, sino a observar lo que la persona va a ofrecer.
El pánico escénico responde a un miedo muy arraigado que hemos adquirido en nuestro aprendizaje social: el miedo a decepcionar, a hacer el ridículo o a no ser aceptados por los demás. Hemos crecido en una sociedad competitiva que busca la perfección y la aceptación de los demás a cualquier precio y solo pensar en fracasar ante un grupo de personas que nos puede criticar o reprueba nuestra actuación puede hacer temblar hasta a la persona más segura de sí misma.
Todos cometemos errores y esto es necesario, porque de otra forma nunca aprenderíamos.
No somos robots programados para hacerlo todo siempre bien al 100%, comprenderlo y aceptarlo de la manera más natural posible hará que nuestra presión por ser perfectos disminuya y podamos fluir con espontaneidad.
Leave a Reply