ESPACIO EMOCIONAL: ¿Cómo preservar tu relación de pareja de los efectos de la pandemia?

Por Alicia Núñez Paredes, Psicóloga Clínica. Psicoterapeuta

Las circunstancias que vivimos han trastocado todos los ámbitos. También el personal. Las relaciones de pareja en la pandemia son más difíciles. Se han visto afectadas en muchos sentidos. Y es lógico, porque la situación a la que nos ha llevado la COVID-19 ha cambiado nuestras vidas radicalmente. Y se ha creado el caldo de cultivo perfecto para los conflictos de convivencia. Además, el estado de agotamiento emocional en el que nos encontramos a estas alturas no nos lo pone muy fácil.

Aunque muchas parejas están consiguiendo superar día a día los retos que se nos han planteado, otras, en cambio, no han salido tan bien paradas. Problemas de comunicación, roces de la vida en compañía, desacuerdo sobre las medidas de seguridad e higiene, falta de intimidad…

Estas son algunas de las quejas con las que los profesionales de la psicología nos hemos encontrado últimamente en nuestras consultas. Y también con conflictos previos al coronavirus que ahora se han intensificado o han salido a la superficie.

A todos estos pequeños o grandes desencuentros se han sumado las dificultades que tenemos para solucionarlos. Lo que, a menudo, ha generado o aumentado la brecha entre cada miembro de la pareja. Y es que ahora disponemos de muy pocas vías de escape.

Así empezó todo

Si echamos la vista atrás, al mes de marzo, en el inicio de la pandemia, podemos comprenderlo mejor. Algunos pudieron pensar entonces: “bueno, esto no está tan mal, no tendré que ir a la oficina, voy a poder pasar más tiempo en casa, en familia, a descansar… Además, no creo que dure tanto.”

Esas reflexiones, unidas a la constante difusión online de propuestas de actividades para pasar un confinamiento entretenido, generaron en cada uno de nosotros unas expectativas, en su mayoría, bastante altas. El inconveniente surgió cuando vimos que no se ajustaban demasiado a la realidad.

LOS PROBLEMAS DE LAS RELACIONES DE PAREJA EN LA PANDEMIA

1. DIFICULTADES INDIVIDUALES QUE IMPACTAN NEGATIVAMENTE

La incertidumbre, la privación de ciertas libertades y la gestión de la angustia que esta nueva realidad ha generado hacen que estemos más irascibles. Esto, sumado a las diferencias particulares de cada miembro de la pareja, nos lleva a los conflictos. Los más comunes están siendo los siguientes:

Por ejemplo, uno puede estar más apático o desganado dadas las circunstancias y el otro, en cambio, se muestra hiperactivo y propone hacer cosas continuamente. O uno puede llevar las normas de higiene y seguridad de forma muy estricta y para el otro no es algo tan importante y no le genera preocupación. Este desacuerdo lo observamos con mucha frecuencia últimamente en la consulta.

2. MAYOR CONVIVENCIA, MENOR TOLERANCIA

Cuanto más aumentaba el tiempo de convivencia, más disminuía la tolerancia. Esas pequeñas cosas de la persona con la que vivimos que no nos gustan, pero que habíamos aprendido a gestionar, ahora son algo con lo que nos topamos constantemente, y nuestra tolerancia se ve mermada.

3. CONSECUENCIAS EXTERNAS DE LA CRISIS GENERADA POR EL COVID-19

La pérdida del empleo, las estrecheces económicas, las nuevas condiciones de trabajo… Estas circunstancias difíciles tienen un gran impacto en la relación y aumentan la tensión y los niveles de estrés.

4. FALTA DE INTIMIDAD PARA LA PAREJA Y PARA CADA UNO DE SUS MIEMBROS

Este problema puede aparecer en dos formas:

Una es sentir que, como no se pueden tener demasiados contactos personales, la pareja es la única fuente de apoyo o relación. Esto puede llegar a agobiar, sobre todo cuando resulta complicado disponer de espacios en soledad o dedicados a uno mismo.
La otra, no ser capaces de encontrar momentos de pareja sin otros miembros de la familia, como los hijos. Ahora estamos todos en casa más tiempo y/o tenemos menos posibilidades de socializar con otras personas o hacer actividades fuera. Por eso resulta más complicado disponer de ese tiempo tan necesario de intimidad.

5. DIFICULTADES PARA ALCANZAR ACUERDOS

Al aumentar los conflictos, se pone a prueba más que nunca la capacidad para resolverlos, para llegar a un entendimiento. Pero para ello es necesario desarrollar aptitudes para la negociación. Y, a su vez, es precisa una comunicación de calidad. Puede que esta fuese un obstáculo previo a la pandemia y que se haya acrecentado ahora. Todo ello genera un distanciamiento.

¿QUE ASPECTOS DE LA PAREJA PODEMOS CUIDAR PARA PRESERVARLA DE LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA?

1. RESPETO Y CONFIANZA COMO PUNTO DE PARTIDA

He aquí dos de los pilares indispensables sobre los que construir: la confianza y el respeto. Son básicos y condición sine qua non para que se dé una relación de pareja saludable, hasta el punto de que sin ellos directamente no hay amor.

Cuando en una relación de pareja las faltas de respeto y los celos enfermizos (en mayor o menor grado) llegan a formar parte de forma habitual de la creación del vínculo, es como si construyéramos un puente que cruzaremos cada día con materiales que se desmoronan a cada pisada; de la misma forma, la relación de pareja se irá quebrando hasta destruirse.

2. DEDICAR TIEMPO DE CALIDAD PARA ESTAR JUNTOS

Con el ritmo de vida que llevamos actualmente donde el tiempo con el que contamos parece la verdadera moneda de cambio, cultivar una relación de pareja saludable es casi una proeza. Pero ¡por supuesto que es posible!

Como con todo aquello que nos importa, la dedicación es clave y el cuidado de esos lazos que tendemos con la persona a la que amamos es primordial.

Por eso, cuando el número de horas con las que contamos en nuestro día ha de repartirse en múltiples parcelas que atender, con mucho más motivo hay que esmerarse en preservar ese espacio para estar juntos y procurar que el tiempo que se invierta sea de calidad.

Porque cuando te cruzas con una pareja de las que cuidan su relación, notas que cada momento que comparten cuenta, y que le conceden el valor que para ellos tiene.

3. REIR JUNTOS CON FRECUENCIA

¿Es la risa la que nos ayuda a fortalecer el vínculo con nuestra pareja o es la fuerza de sus lazos lo que conduce a ese estado de alegría?

Sea cual sea la respuesta, lo que está claro es que las parejas que ríen juntos a menudo tienen en común una conexión entre ellos con la que no todas las parejas cuentan.

Curiosamente, esa complicidad que conecta el sentido del humor entre dos personas que se aman se convierte en una extensión de la confianza que se teje entre ellos dos.

4. LA COMUNICACION COMO ALIADA

Más allá de simplemente hablar como síntoma de buen funcionamiento en la pareja, la buena comunicación se muestra como una amplia diversidad de caminos para conectar el uno con el otro.

El poder de las palabras es indudable cuando éstas sirven para acercarnos, pero no siempre hablar es la solución en caso de conflicto. O al menos no de cualquier forma.

Conocer y tener en cuenta el ritmo de cada uno de los miembros de la pareja es esencial; si saturamos en poco tiempo con un bombardeo de información a nuestro compañero, probablemente no esté igual de receptivo para tratar los temas delicados que si tenemos presente su capacidad de escucha, si intentamos ser asertivas o si el momento es el adecuado.

Encontrar ese punto de equilibrio entre ambos es una auténtica virtud. Y no está nada mal contar con otras formas de comunicarse también sin palabras, como nuestra gestualidad, las miradas e incluso el contacto. Hay miradas y sonrisas que dicen más que mil palabras, y abrazos que llegan éstas no alcanzan.

Y en este sentido, no es difícil intuir a simple vista cuando tenemos ante nosotros una relación de pareja saludable en cuanto a su forma de comunicarse.

5. MIMAR SU RELACION

Si descubrimos que nuestra relación de pareja es algo con vida propia, con una bella identidad más allá de nosotras y de nuestra pareja, estaremos ante la evidencia de estar creando algo muy valioso que merece la pena mantener. Y si llegamos ante esta evidencia, es el momento también de plantearnos cuidarlo como si se tratara de un ser vivo.

Las relaciones de pareja sanas no sólo están pendientes el uno del otro, sino que también prestan atención al cuidado de ese vínculo. Para ello, también buscan la forma de poner a disposición de esos hermosos lazos todo lo que pueda ayudar a mantenerlos conectados desde el respeto y la confianza.

6. AMAR DESDE LA LIBERTAD

Dejando al margen las relaciones de conveniencia, cuando dos personas forman una pareja, lo hacen desde el deseo de estar el uno con el otro. No hay obligaciones, sino amor mediando y verdaderas ganas de ser dos.

Cuando hablamos de una relación de pareja saludable respetar el espacio del uno y del otro es esencial. Coartar la libertad de actuación de tu compañero o controlar todo aquello que hace no hará sino fomentar un clima incómodo de convivencia para ambos y puede ser el comienzo del fin entre los dos.

En su lugar, abordar abiertamente los temas que puedan afectar a los límites de la pareja será una buena forma de asentar unas bases claras entre ambos y para que la libre actuación de cada cual no rebase las líneas de la confianza ni del respeto mutuo.

7. DISCUSIONES CENTRADAS EN LA BUQUEDA DEL PUNTO DE ENCUENTRO

¿Quién dice que las parejas sanas no discuten? Por supuesto que también lo hacen, es normal e incluso sano, porque muestra que por bien avenidos que puedan estar entre ellos, cada cual mantiene su propia identidad y forma propia de pensar.

La diferencia en este sentido entre una relación de pareja saludable y otra que no lo es radica en la forma de hacerlo: Los insultos o los golpes bajos están fuera de toda cuestión, pues ni los unos ni los otros van a servir para nada positivo, sólo para herir a la persona que amas.

En cambio, aquellas diferencias de visión que se centran en esclarecer el punto de vista del otro, enriqueciéndolo con su aportación y buscando la solución al conflicto en un punto de encuentro entre ambos, es un claro indicador de que la relación funciona y muy bien.

Y un plus: Aquellos que para mejorar las cosas comienzan por sí mismos no sólo construyen en positivo, sino que suelen contagiar con su actitud a su pareja. ¿Quién sale ganando? Los dos, por supuesto.

8. MOSTRAR SU ADMIRACION POR SU PAREJA

¿No se nos cae la baba cuando vemos que de forma natural uno de nuestros amigos expresa abiertamente y con la mayor naturalidad del mundo lo mucho que le encanta algo de su pareja?

Cuando amas realmente a una persona no sólo te llena su forma de ser y se lo haces saber, sino que fluye de forma espontánea compartir todo lo maravilloso que ves en ella con las personas de tu alrededor.

Por eso, cuando presencies este tipo de gestos entre dos personas que se quieren, piensa que estás ante una relación de pareja saludable.

Alicia Núñez Paredes
Psicóloga Clínica. Psicoterapeuta
Terapia Familiar y Psicología Femenina
Doula. Consejera de Lactancia
Instagram y Twitter: @spacioemocional
Facebook: Espacio Emocional
Página Web: http://www.espacioemocional.com

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