La Navidad es una tradición muy espiritual que da origen a nuestro “Desayuno Navideño”
El Heraldo Latino Newspaper, Edición Enero 2018, VOL 28
Por Luis Bravo
Miriam Martínez nació en Bogotá, Colombia y ha traído para Boston, todas sus tradiciones de las cuales ella siente muy orgullosa y ha logrado transmitir ese mensaje a sus hijas Cindy y Laura, su nieta Briana Peña de 8 años, sus familiares y amigos.
La señora Martínez lleva 23 años realizando puntualmente su “Desayuno Navideño” en el calor de su hogar que está ubicado en Roslindale. Todos los años, sin faltar ningún año, lleva a cabo estos desayunos ya sea con problemas o sin problemas económicos.
“Primero que todo, el desayuno se realiza para darle las gracias a Dios y a todas las personas que de una u otra manera nos abrieron las puertas de sus hogares en los momentos en que más lo necesitábamos cuando llegamos a este país. Segundo, este desayuno se realiza para poder compartir con personas con las cuales no nos podemos ver muy seguido. Tercero, enseñarle a mis hijas que cosas tan tradicionales como estas, podemos compartilas y mantenernos unidos para que la relación con quienes nos visitan se vayan estrechando cada día más”, dijo Miriam Martínez.
El “Desayuno Navideño” que realiza la señora Martínez ha crecido bastante durante todos estos años y se ha ido transmitiendo de boca a boca dentro de su círculo de familiares y amigos.
“Comencé con dos personas nada más, mi suegro y su esposa a quienes invitamos para que vinieran a desayunar, conversar un poco y disfrutar el momento. Así fue, que al año siguiente llegaron otras dos personas más, y así ha ido creciendo a través del tiempo. Creo que cuando hay una verdadera amistad, se solidariza, se solidifica y se mantiene sin importar la distancia y por eso algunas personas –precisamente hoy– vinieron dos familias desde Rhode Island, lo cual significa mucho para mí, pues vienen desde lejos para compartir un breve momento con nosotros en nuestra mesa. Lo importante es que lo disfruten y se levanten con el pensamiento de ir a tomar desayuno en otra casa que no es de ellos, y eso para mí tiene mucho valor emocional, no hay con que pagar ese sacrificio que hacen para venir a darme un abrazo”, comentó la señora Martínez.
Hasta el momento de la entrevista, la señora Martínez ya había atendido unos 78 desayunos y recién eran las 11:30 de la mañana. “Creo en Dios, soy creyente y estoy muy segura que él es el proveedor absoluto de todo, de modo que si somos capaces de dar algo a cambio de lo que nosotros hemos recibido estoy segura que estaremos siempre mucho mejor, por que al dar una sonrisa, al dar un abrazo significa muchísimo para cualquier ser humano, sobretodo en estas fechas.
Sentarlos a la mesa es muy importante; pero también lo es, el que vengan y puedan compartir con nosotros, aunque no sea parte de su cultura, o de sus costumbres. Por ejemplo, este año, mi nieta invitó a dos de sus amiguitos americanos, que jamás se habían sentado a la mesa a compartir un desayuno latino y mucho menos colombiano, estaban fascinados, se les veía el esfuerzo que hicieron por levantarse temprano y prepararse, el niño venía con su camisa muy elegante, por que venía para un evento especial de su amiga, lo cual para mí son actitudes invaluables.
La sonrisa de la nieta, cuando abrió la puerta y vio que era su amiguito, un niño de la misma edad de ella, 8 años, para mi y para mi nieta fue un momento muy especial.
Todo esto es parte de lo que significa hacer el desayuno, enseñarles a todos los que reciban nuestro mensaje navideño, que tenemos tradiciones, que tenemos valores, que tenemos muchas cosas para dar y que así como damos, así mismo recibimos en la medida en que abramos nuestro corazón”, comenta Martínez.
Pero, si la señora Martínez no tiene una organización sin fines de lucro y no recibe fondos de nadie, ¿cómo es que mantiene estos desayunos año tras año?.
“Durante el año me voy preparando de a poquitos. Poco a poco voy separando un poco de dinero para que cuando llegue el momento pueda comprar todo lo que necesito. Hoy en día mis hijas aportan cada una de acuerdo a sus posibilidades, y al final todos terminamos aportando.
Navidad debería de ser todos los días, porque es el día en que nace Jesús en nuestros corazones, entonces como tengo esa espiritualidad y esa certeza de que yo tengo a Jesús dentro de mi corazón, confío en que Dios proveerá todo lo que se necesite, y hasta el momento nunca me ha hecho falta algo que me impida preparar mis desayunos”, afirma Martínez.
“Me gustaría invitar a sus lectores de El Heraldo Latino Newspaper, para que también compartan la mesa de sus hogares –sobre todo en estas fechas– con las personas que se encuentren solas, que no tengan esa compañía de familia, que no tengan ese calor de hogar que es muy importante para todo ser humano.
Es una felicidad muy grande la que se experimenta y que no se puede describir con palabras lo que se siente al poder compartir lo que se tiene en la mesa con los seres queridos y amigos y ver esos rostros llenos de felicidad, al recordar esos momentos en que alguna vez también compartieron con sus familiares y amigos, o tal vez nunca pudieron compartir”, concluyó la señora Miriam Martínez.
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